QUIENES SOMOS
Nuestro Proposito, Iglesia Las Condes
Nuestra Historia, cuando la Alianza Cristiana y Misionera en Chile se acercaba a su centenario, en el año 1984, los misioneros canadienses Douglas y Anita Snowsell, conscientes de la profunda necesidad espiritual que existía en las clases medias y profesionales de las grandes ciudades, empezaron con un pequeño grupo de personas, a reunirse en un hotel de Santiago (Sheraton) para establecer una congregación en la zona oriente de la capital.
El crecimiento de la iglesia obligó a pensar en ambientes más amplios y adecuados y se aceleran los trabajos para poder levantar una Capilla con capacidad para 300 personas que es inaugurada en Octubre de 1993. Como prueba de la misericordia de nuestro buen Dios, y renovando nuestra visión hacia una nueva etapa, se inaugura en marzo de 1998 nuestro templo. Actualmente nuestra Iglesia Alianza Las Condes, avanza en abrazar distintos proyectos de crecimiento y consolidación dentro de la comuna y fuera de ella, lo que nos ha llevado a redefinir nuestra Misión y Visión, centrándola en cuatro pilares fundamentales, Enseñanza, Oración, Misiones y Social.
Nuestro Emblema
La Cruz representa que Cristo es Nuestro Salvador.
Creemos que Jesús es el único camino hacia Dios… “Jesús le dijo: Yo soy el camino , y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:16); “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12).
La Copa representa que Cristo es nuestro santificador.
Creemos en el Espíritu Santo de Dios y en su llenura, único medio por el cual podemos llevar una vida cristiana santa y victoriosa… Jesús dijo: “Yo soy la vid , vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:5); “Como todas las cosas que pertenecen á la vida y á la piedad nos sean dadas de su divina potencia, por el conocimiento de aquel que nos ha llamado por su gloria y virtud:” (2 Pedro 1:3)
El Jarro representa que Cristo es nuestro sanador.
Creemos que Jesucristo tiene poder para sanar cualquier enfermedad: “Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.” (Marcos 6:56). Con su muerte en la cruz, Jesús proveyó el medio para que todos pudiésemos alcanzar la sanidad de nuestros cuerpos: “… y por su llaga fuimos nosotros curados.” (Isaías 53:5). En nuestros días, este poder se sigue manifestando porque “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy , y por los siglos.” (Hebreos 13:8). Podemos invocar confiadamente su gracia porque: “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;” (Isaías 59:1).
La Corona representa a Cristo como nuestro Rey que viene pronto.
Creemos en la segunda venida de Jesucristo y en el rapto de la Iglesia. Su venida será antes del milenio y puede ocurrir en cualquier momento. No sabemos el día ni la hora pero el que puede ocurrir en cualquier momento es lo que motiva nuestro esfuerzo misionero. Porque Jesús dijo: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mateo 24:14); “Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del hombre sentado á la diestra de la potencia de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Marcos 14:62)
Declaración de Fé
La siguiente declaración de fe de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, fue revisada y aprobada en Junta General Extraordinaria, en la ciudad de Temuco, Chile en el mes de junio de 2017.
1. Creemos que hay un solo Dios, infinitamente perfecto, que existe eternamente en tres personas: El Padre, El Hijo y el Espíritu Santo.
2. Creemos que Jesús es el Cristo, el Mesías esperado, verdadero Dios y verdadero hombre. Fue concebido por el Espíritu Santo, nacido de María virgen, vivió, murió, resucitó, ascendió a los cielos, reina y regresará al final de los tiempos.
3. Creemos en el Espíritu Santo, persona divina, eterno junto al Padre y al Hijo, enviado para dar testimonio de Cristo, convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Para morar en el creyente, con el fin de guiarle, dotarle, enseñarle y darle poder para cumplir la misión de Dios.
4. Creemos que las Sagradas Escrituras, Antiguo y Nuevo Testamento, son inspiradas por Dios, las cuales testifican del encuentro de Dios con el ser humano en la historia, fuente de la misión, fe y conducta.
5. Creemos que el ser humano, hombre y mujer, fue creado por Dios a su imagen y semejanza, quien instituyó el matrimonio entre ambos.
6. Creemos en la existencia del pecado como desobediencia y rebelión del ser humano al mandato divino, resultando en la ruptura de su relación con Dios, consigo mismo, de unos con otros, y con el resto de la creación.
7. Creemos que la vida humana es un don de Dios que comienza con la concepción. Es responsabilidad de todos promoverla en cada una de sus etapas y dimensiones, bajo toda condición.
8. Creemos que la salvación, obra de gracia realizada por Jesucristo en la cruz para los seres humanos, es la restauración de las relaciones rotas por el pecado, para aquellos que creen en Él, reconociendo su señorío. Dicha restauración alcanza a toda la creación.
9. Creemos que en la obra redentora del Señor Jesucristo se ha hecho provisión para la sanidad integral del ser humano, conforme a su voluntad.
10. Creemos que la santidad es un estado adquirido en la conversión y, a su vez, una experiencia progresiva. Cada creyente debe ser enteramente santificado mediante la obra del Espíritu Santo, siendo por ella separado del poder del pecado y plenamente consagrado para una vida de servicio a Dios en el mundo.
11. Creemos que la Iglesia, creación de Dios, formada por hombres y mujeres que creen en el Señor Jesucristo, redimidos por su sangre y nacidos de nuevo por el Espíritu Santo, tiene su expresión visible en la iglesia local.
12. Creemos que la iglesia existe para la adoración a Dios, la edificación por medio de las Escrituras, la oración, la comunión, la proclamación del Evangelio, el cuidado de su testimonio y la celebración de las ordenanzas. Su misión es la urgente evangelización del mundo, entendida ésta como el anuncio del reinado de Cristo en la historia.
13. Creemos que la Segunda Venida de Cristo por su Iglesia es inminente, personal, visible y gloriosa. En esta venida consumará su reino eterno, acontecimiento que se convierte en esperanza del creyente y horizonte en el cual se ejecuta la misión.
14. Creemos que habrá una resurrección corporal de los justos y de los injustos; los primeros, resucitados para la vida eterna y los segundos, para condenación eterna.